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Estudio Desinformación y conflictividad en Bolivia 2019-2021

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La desinformación, o publicación deliberada de información inexacta, tergiversada o falsa, se ha convertido en un fenómeno frecuente en la sociedad, especialmente en situaciones de tensión y conflicto, en las que se contraponen posiciones e intereses, convirtiéndose en un arma para debilitar, desacreditar o anular al oponente. Es, por tanto, una práctica reñida con el respeto a los derechos y a la dignidad de las personas.
Los efectos de la desinformación no sólo se expresan a nivel de las partes de un conflicto, profundizando los desencuentros y acrecentando la confrontación, sino que su impacto se extiende a la sociedad en su conjunto, minando la confianza interpersonal y social, socavando la institucionalidad democrática y generando un ambiente de incertidumbre, temor e inseguridad.

La Fundación UNIR, en el marco del trabajo que desarrolla en las áreas de comunicación democrática y análisis de la conflictividad social para contribuir a la construcción de una cultura de paz en Bolivia, está realizando actividades orientadas a esclarecer el fenómeno de la desinformación, mediante el aporte de elementos que permitan identificar y desmontar los mensajes desinformadores (en su amplia gama, desde la descontextualización hasta la invención de hechos), así como contrarrestar esta práctica dañina.

Una de las tareas encaminadas a ese propósito es el estudio de la vinculación existente entre desinformación y conflictos políticos, por la salud y económico-sociales durante un período particularmente crítico de nuestra historia reciente (agosto de 2019 – octubre de 2021). Este estudio aborda el modo cómo la desinformación propalada principalmente a través de las redes sociales digitales, pero también en sitios web y medios periodísticos, ha contribuido a alimentar los conflictos y cómo éstos han dado lugar a más desinformación. Asimismo desentraña los propósitos de esos mensajes (difamar, desacreditar, engañar, atemorizar, incitar al odio y a la violencia, impidiendo el conocimiento y consideración de los problemas que dan lugar a los conflictos y de las posiciones e intereses de las partes involucradas), que generan un círculo vicioso muy dañino, lo cual es especialmente evidente en el caso de los temas políticos, que han adquirido un carácter transversal ya que atraviesan los distintos temas considerados en el análisis.

La investigación muestra que el déficit de una cultura democrática y la polarización política son condiciones propicias para el crecimiento de la tarea desinformadora, influyendo de manera negativa sobre la opinión pública y haciendo víctimas tanto a los ciudadanos como al propio trabajo periodístico. Incluye referencias al necesario y valioso trabajo de las entidades verificadoras y pone de relieve la necesidad de desarrollar esfuerzos mancomunados para contar con información de calidad y confiable, fundamentales para la práctica de un periodismo de paz, sacando al ciudadano de la pasividad y empoderándolo en términos informativos.
Por su envergadura y consecuencias, el combate a la desinformación es una tarea prioritaria a fin de resguardar el Derecho a la Información y a la Comunicación –reconocido por la Constitución Política del Estado– y generar condiciones para su efectivo cumplimiento. Ésta no es una tarea exclusiva de los periodistas y medios informativos, sino una responsabilidad del conjunto de los actores estatales y de la sociedad civil.

La Fundación UNIR confía en que el estudio Desinformación y conflictividad en Bolivia 2019 – 2021 contribuirá al desarrollo de esta labor imprescindible.

DESCARGAR Estudio Freno a la Desinformación – UNIR 2022

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