Durante este mes se registraron 115 conflictos a nivel nacional, marcando un nuevo pico dentro de la tendencia ascendente observada desde diciembre. Sin embargo, lo más relevante no es solo el número, sino los cambios cualitativos en las dinámicas de la protesta:

🔹 Disminuyen los conflictos económicos, pero no desaparecen: caen un 43% respecto a marzo, aunque persisten movilizaciones por el alza de precios en alimentos, carne y el impago de bonos al sector salud, reflejando una crisis aún activa.

🔹 Aumentan las protestas por mala gestión estatal y demandas legales, con casos como el cierre del botadero de K’ara K’ara en Cochabamba, la crisis de justicia en asesinatos impunes y casos de corrupción en gobiernos municipales.

🔹 Giro en los actores demandados: el Gobierno central deja de ser el más interpelado, cediendo protagonismo a autoridades municipales, quienes enfrentan conflictos por servicios básicos, basura, infraestructura y salud local.

🔹 Conflictos de alta violencia en el sector minero: se mantiene el patrón de enfrentamientos entre cooperativistas por el control de áreas de explotación. Solo en abril, cinco personas murieron en un enfrentamiento en Sacaba.

🔹 Educación y salud resurgen como sectores movilizados: paros, demandas salariales y por insumos médicos fueron frecuentes, especialmente en Santa Cruz, La Paz y Cochabamba.

🗺️ La concentración geográfica de la conflictividad se mantiene en los departamentos del eje central, aunque con señales de expansión a regiones rurales.

⚠️ A pesar de la diversidad temática, el nivel de confrontación no ha escalado en violencia generalizada. Predominan los conflictos latentes y manifiestos, pero los bloqueos y enfrentamientos disminuyeron respecto a meses anteriores.